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Shell ve la movilidad eléctrica como una parte importante de la transición energética hacia un mundo con menos emisiones de carbono
22/09/2020
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La firma anunció que ambiciona convertirse en una empresa
con cero emisiones netas de carbono para el año 2050 o antes.
La apuesta de Shell por la
transición a la movilidad eléctrica es clara, su objetivo es reducir la
intensidad de carbono de su cartera y continuar trabajando para mejorar la
eficiencia energética en sus operaciones. Recientemente, la firma ha anunciado la
ambición de convertirnos en una empresa con cero emisiones netas para el año
2050 o antes, aspecto que también espera implementar en el Perú, según indica Rafael
Segovia, Commercial Manager & NBD en Shell Perú, quien será parte del panel
“Estaciones de carga eléctrica: La oportunidad para disminuir los niveles de
emisión” en ELECTROTRANSPORTE DIGITAL
2020 que se realizará los días 24 y
25 de setiembre.
De esta manera, ya que la movilidad
eléctrica es una de las principales soluciones que ayudará a satisfacer la
creciente demanda de transporte en un mundo con bajas emisiones de carbono,
“como empresa global con presencia en más de 70 países, Shell está trabajando
en todo el mundo para satisfacer las necesidades de los conductores de
vehículos eléctricos: en el hogar, en el trabajo o en la carretera. Esto es
parte de nuestro esfuerzo más amplio de hacer que la electricidad sea una parte
importante de nuestro negocio, una que irá de la mano del petróleo, el gas y
los productos químicos en el futuro”, añadió.
Segovia dijo que este punto es
importante de aclarar ya que “Shell espera que la demanda de combustibles
líquidos, como gasolina y diésel, continúe siendo muy relevante en las próximas
décadas a medida que aumente el número de vehículos”.
Cabe recordar que, en noviembre de
2019, se dio un gran hito para la firma cuando junto con su socio estratégico
Primax inauguraron el primer cargador público para autos eléctricos en una
estación de servicios en Lima (Av. Javier Prado con Castaños).
“Cualquier persona con un auto
eléctrico en Perú puede pasar por esta estación de servicio y, en unos 20
minutos, cargar la batería de su automóvil hasta el 80 % de su capacidad. Este
proyecto es un buen ejemplo de por qué tenemos que trabajar juntos para hacer
frente al cambio climático: la industria energética, la industria
automovilística, los gobiernos y la sociedad”, destacó.
Mercado en crecimiento
Según un estudio de la consultora
McKinsey, la velocidad, la disponibilidad y la seguridad de la infraestructura
de recarga son los principales factores disuasivos para la compra de un
vehículo eléctrico, después del precio y la distancia que se puede recorrer con
una recarga. Por eso, a medida que aumente el número de vehículos eléctricos,
será necesario desarrollar una red adecuada de infraestructura de recarga para
garantizar que los clientes tengan acceso a una amplia gama de opciones de
recarga.
“Esto incluye opciones de recarga regulares para hogares y
empresas, pero también opciones de recarga más rápidas y potentes en las
estaciones de servicio y otros lugares de acceso público”, señaló Segovia,
quien brindará información respecto a su enfoque de negocio en ELECTROTRANSPORTE DIGITAL 2020.
El especialista afirmó que hacer
crecer el uso de vehículos eléctricos en Perú depende de un esfuerzo conjunto
del sector privado con el público. “Para el sector privado, se requieren
incentivos del mercado más que ayuda a las empresas. El rol del sector privado
es crucial porque de allí van a venir los avances en la tecnología y la
infraestructura del vehículo eléctrico, que forman parte significativa para el
desarrollo de este modo de transporte en nuestro país”.
En ese sentido, explicó que el
transporte público es importante para introducir la movilidad eléctrica en Perú
y citó el ejemplo de Chile donde han establecido un ambicioso proyecto de
renovación de las unidades de buses del Transantiago hacia una flota totalmente
eléctrica, “¿por qué no podemos hacer algo similar con nuestro transporte
público? Imaginemos un metropolitano eléctrico con menos ruido y contaminación
ambiental, mejorando, así, la calidad de vida de nuestros compatriotas”, dijo.
Existen varios ejemplos a nivel
mundial sobre políticas de fomento, agregó Segovia, “algunos ejemplos concretos
de Europa incluyen: exoneración del IGV y créditos fiscales para la compra de
un vehículo eléctrico, el uso de carriles particulares, descuentos en peajes y
parqueos, bono de compra y bono de chatarreo”.
“Latinoamérica tampoco se queda
atrás. México, Argentina y Chile han establecido incentivos para este tipo de movilidad.
Ecuador tiene un proyecto para que el transporte en las Islas Galápagos sea 100
% eléctrico, por la fragilidad ambiental del hábitat de las especies”, detalló.